Stone Temple Pilots en el Luna Park 16/11/2011
La mejor manera de cerrar esta semana GRUNGE en la Argentina después de Chris Cornell, Pearl Jam, con la conmoción sin procesar aun, fue recibir dos entradas para STP dos horas antes del recital un día miércoles.
21.45. La hora de inicio también es un déjá vu. La lista de temas también lo será: "Crackerman" será la forma en la que Weiland, nos dará la bienvenida. Un Weiland reinventado, ni el basket case del Pepsi Music 2008 ni el hiperglamoroso del Luna 2010: la de este año es una versión ecléctica, camisa blanca, chupines y zapatos de cuero picados en beige, con su innegable histrionismo y marcas de rehab sólo para entendidos. Y está perfecto: sin disco nuevo que presentar, el valor agregado de esta vuelta está ahí, en ellos. Scott con electroshocks de la sirena de su megáfono, los hermanos DeLeo tirando magia en solos sincronizados, Eric Kretz dándole bombo al "Olé, olé olé olé olé, / páilots, páilots" de rigor. El clásico efecto caja del templo del box hizo estragos con la batería y el bajo, que lograron destacarse sólo en situaciones muy particulares como "Plush", tal vez el momento más glorioso de toda la velada.
La potencia del escenario se transmitió al campo sin mayores problemas. No fue sólo una batería de hits noventosos, no fue otra presentación de su última producción -aunque no hubo más que "Hickory Dickotomy" y "Between the Lines" del disco de 2010-. Aquí hubo un golpe premeditado, sin prisa pero sin pausa, de temas para rockear a pesar del pogo controlado. Una fan subió al escenario y todas lo odiamos pensando que era para darles tan solo un abrazo pero fue para gritar con el dichoso megáfono la intro de "Dead & Bloated" de manera impecable! Good for us! A la salida fuimos a comer algo y a eso de la 1.15 cruzo la calle y me voy hasta la puerta del Luna de nuevo porque pasaban algunas personas y justo salieron Dean DeLeo, Robert DeLeo y por último el regalo con la foto con Eric Kretz.
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